La reflexología podal es una técnica terapéutica ancestral basada en la estimulación de puntos sobre los pies, denominados “zonas reflejas” que corresponden a distintas partes del cuerpo. Al aplicarles un masaje manual a estas zonas reflejas, los órganos, músculos y otras partes del cuerpo reciben un estímulo curativo.
La reflexoterapia forma parte del conjunto de medicinas complementarias que trata tanto la parte física del organismo, como la parte emocional. Este último factor es también muy importante para saber sobrellevar una enfermedad o patología y permite incluso llegar al origen para su proceso curativo. Al hablar de la parte terapéutica del masaje debe quedar muy claro que la reflexoterapia no sustituye al médico, sino que lo acompaña. Ayudándonos con los diferentes síntomas y dolencias, tanto para prevenirlos como para conseguir un equilibrio físico y mental, simplemente aplicando una presión en una zona específica del pie.
Los beneficios que podemos obtener con esta técnica terapéutica son múltiples:
- Produce un efecto relajante que ayuda a eliminar el estrés y facilita la relajación física y mental.
- Estimula la circulación sanguínea y linfática.
- Potencia el sistema inmunológico y el potencial de auto sanación del cuerpo.
- Regula el funcionamiento de los órganos de cuerpo.
- Equilibra y restituye los niveles de energía.
- Ayuda a la eliminación de toxinas.
- Tiene efectos de terapia preventiva.
- Posee un efecto antiálgico (alivia el dolor)
- Estimula la creatividad, eleva el nivel de vitalidad y mejora el humor.
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En Centro Hémera combinamos las cualidades terapeúticas de la reflexología podal con los de la aromaterapia, consiguiendo un efecto coadyuvante en beneficio del bienestar y de la salud del organismo.
La aromateria consiste en utilizar aceites esenciales para obtener beneficios saludables. Las moléculas que componen los aceites esenciales son principios activos que ejercen distintos efectos terapéuticos sobre el organismo, tanto a nivel físico, como a nivel holístico.
Las ventajas del uso de la aromaterapia son muchas:
- Actúan globalmente. Los aceites esenciales tienen la particularidad de actuar de forma global: a nivel físico, nervioso y emocional, lo cual les diferencia de otros agentes terapéuticos naturales.
- Favorecen la salud. Son «eubióticos», es decir, favorecen la vida reequilibrando el «terreno»: destruyen de forma selectiva los agentes patógenos y propician un estado de salud óptimo.
- Respetan la flora intestinal y favorecen su equilibrio.
- Actúan inteligentemente. «Saben» a dónde tienen que ir, es decir se dirigen directamente a los órganos con los cuales tienen afinidad.
- Reúnen varias propiedades. Suelen reunir propiedades únicas y potentes.
- No crean dependencias.
- Equilibran y armonizan. Dejan de actuar cuando la función terapéutica se ha llevado a cabo.
