Nací y me crié en Málaga. Mi padre también es dentista y recuerdo ponerme con el los fines de semana a ayudarle a realizar los estudios de ortodoncia cuando tenía 8 años. Sin saberlo, empecé a interesarme por la rama sanitaria.

Cuando llegó el momento, escogí el bachillerato de salud, porque tenía claro que sería sanitario, pero no estaba seguro de qué carrera. Así que con 16 años pedí permiso a mi padre para ir en verano a verle trabajar en la clínica. Tenía que decidir si odontología sería la elegida, o quizás alguna otra, como medicina o fisioterapia.

Me gustó tanto, que en cada festivo que tuve, me fui a la consulta a ver más sobre ese mundo nuevo que se abría ante mí.

Finalmente, en 2008 me fui a Madrid a estudiar odontologia y cuando volví a Málaga en 2014 empecé a trabajar con mi padre. Siempre pegado a él intentando absorber todo lo posible de sus conocimientos y experiencia.